Disfruta de esta lasaña de pollo, una opción cremosa y reconfortante para toda la familia. Capas de pollo, queso y sabor en cada bocado. ¡Ideal para cualquier ocasión!
En una sartén grande, calienta el aceite de oliva y sofríe la cebolla y el ajo hasta que estén dorados.
Añade el pollo desmenuzado y cocina por 3 minutos.
Incorpora el tomate triturado, el orégano y la albahaca. Cocina a fuego medio durante 10 minutos. Ajusta con sal y pimienta.
Montar la lasaña:
En un molde para horno, coloca una capa de salsa de pollo.
Cubre con láminas de lasaña.
Extiende una capa de queso ricotta y crema de leche.
Repite el proceso hasta completar las capas, terminando con queso mozzarella y parmesano en la parte superior.
Hornear:
Precalienta el horno a 180 °C (350 °F).
Cubre la lasaña con papel de aluminio y hornea durante 30 minutos.
Retira el papel y hornea 10 minutos adicionales o hasta que el queso esté dorado y burbujeante.
Reposar y servir:
Deja reposar la lasaña durante 10 minutos antes de cortarla en porciones.
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Notas
Pollo perfecto:
Puedes usar pollo desmenuzado que hayas cocido previamente o aprovechar sobras de pollo asado. Esto reducirá el tiempo de preparación.
Si prefieres, utiliza pollo molido o incluso carne de pavo para una variación de sabor.
Opciones de queso:
La mezcla de ricotta, mozzarella y parmesano es clásica, pero puedes usar queso cottage o una mezcla de quesos rallados italianos para ahorrar tiempo.
Para una versión más ligera, utiliza quesos bajos en grasa.
Pasta para lasaña:
Si prefieres, sustituye las láminas tradicionales por láminas de calabacín o berenjena para una versión baja en carbohidratos.
Las láminas precocidas son ideales para ahorrar tiempo y simplificar el proceso.
Salsa casera:
Si tienes tiempo, prepara una salsa casera con tomates frescos, hierbas y un toque de vino blanco para intensificar los sabores.
También puedes usar una salsa de tomate envasada de buena calidad para mayor comodidad.
Capas personalizadas:
Añade espinacas frescas o champiñones salteados entre las capas para un toque extra de sabor y nutrición.
Si te gustan los sabores más intensos, agrega una pizca de pimienta de cayena o paprika ahumada a la salsa de pollo.
Sugerencias de presentación:
Sirve con una ensalada verde fresca y pan de ajo para complementar los sabores de la lasaña.
Decora con perejil fresco o albahaca al momento de servir para un toque de color.
Consejos de conservación:
Refrigeración: Guarda las sobras en un recipiente hermético en el refrigerador por hasta 3 días.
Congelación: La lasaña se puede congelar una vez cocida y enfriada. Divide en porciones individuales, envuélvelas en papel aluminio y guárdalas en un recipiente apto para congelador por hasta 3 meses.
Para recalentar, descongela en el refrigerador durante la noche y calienta en el horno a 180 °C (350 °F) durante 15-20 minutos.
Ideal para ocasiones:
Esta lasaña de pollo es perfecta para cenas familiares, reuniones con amigos o para preparar con antelación y disfrutar durante la semana.
Adaptaciones:
Si deseas una opción sin gluten, utiliza láminas de lasaña sin gluten.
Para un toque más cremoso, añade una capa de bechamel entre las capas.
Tiempo de reposo:
Deja reposar la lasaña durante 10 minutos después de sacarla del horno. Esto permitirá que las capas se asienten y sea más fácil cortarla en porciones.