Sartén antiadherente – Para preparar la bechamel y cocinar el jamón.
Batidor de mano (whisk) – Para mezclar la leche con la harina y evitar grumos.
Cuchara de madera – Ideal para revolver la mezcla de manera uniforme.
Bandeja o recipiente grande – Para enfriar la masa antes de formar las croquetas.
Cuchillo y tabla de cortar – Para picar el jamón serrano en trozos pequeños.
Platos hondos – Para colocar el huevo batido y el pan rallado durante el empanizado.
Freidora o sartén profunda – Para freír las croquetas en aceite caliente.
Papel absorbente – Para escurrir el exceso de aceite de las croquetas.
Cucharilla o utensilio para dar forma – Ayuda a crear croquetas uniformes.
Ingredientes
200gde jamón serranopicado en trozos pequeños
59gde mantequilla
50gde harina de trigo
500mlde leche entera
Sal y pimienta al gusto
Nuez moscadaopcional
2huevos
Pan rallado
Aceite para freír
Elaboración paso a paso
En una sartén, derrite la mantequilla a fuego medio.
Añade la harina y mezcla bien durante 2-3 minutos para formar un roux.
Incorpora la leche poco a poco, batiendo constantemente hasta obtener una bechamel espesa.
Agrega el jamón serrano, sal, pimienta y nuez moscada al gusto. Cocina por 2 minutos más.
Retira del fuego, transfiere la mezcla a un recipiente, y deja enfriar en el refrigerador por al menos 2 horas.
Forma croquetas con la masa enfriada.
Pasa las croquetas por huevo batido y luego por pan rallado.
Fríe las croquetas en abundante aceite caliente hasta que estén doradas.
Escúrrelas sobre papel absorbente y sírvelas calientes.
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Notas
Elección del jamón: Utiliza jamón serrano para un sabor más tradicional, pero también puedes optar por jamón cocido si prefieres un sabor más suave.
Consistencia de la masa: La masa debe ser lo suficientemente espesa como para formar croquetas fácilmente. Si queda demasiado líquida, puedes cocinarla unos minutos más a fuego bajo para espesarla.
Enfriamiento: Es crucial dejar enfriar la masa en el refrigerador durante al menos 2 horas (o incluso toda la noche) para facilitar el manejo y dar forma a las croquetas.
Empanizado extra crujiente: Para croquetas más crujientes, repite el proceso de empanizado (huevo y pan rallado) una segunda vez.
Aceite para freír: Usa aceite vegetal o de oliva suave y asegúrate de que esté bien caliente (175-180 °C) antes de freír para evitar que las croquetas absorban demasiado aceite.
Congelación: Las croquetas pueden congelarse antes de freír. Colócalas en una bandeja hasta que estén firmes, luego transfiérelas a una bolsa o recipiente hermético. Puedes freírlas directamente desde el congelador sin descongelarlas.
Acompañamientos sugeridos: Sirve las croquetas con una salsa alioli, mayonesa de ajo, o una ensalada fresca para equilibrar su sabor.
Variaciones: Puedes añadir queso rallado a la masa para un toque extra cremoso o incluso mezclar jamón con pollo desmenuzado para una versión diferente.
Sabor adicional: Un toque de perejil picado o cebollino en la masa puede darle frescura y color.
Conservación: Una vez fritas, las croquetas pueden guardarse en el refrigerador hasta por 3 días y recalentarse en el horno para recuperar su textura crujiente.